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El Embarazo














La Organización Mundial de la Salud define como adolescencia el “período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socio – económica”, y fija sus límites entre los 10 y 20 años. También, la adolescencia a menudo se manifiesta como un período de oportunidad y de asumir riesgos que se extienden a la sexualidad.

En la sociedad dominicana se tiende a limitar la sexualidad desde el principio de la vida, separando tempranamente a las personas según su sexo (las niñas con las niñas, y los niños con los niños). Pero esta limitación “desde la autoridad” parece tener cada vez menos efecto sobre las prácticas reales de los y las adolescentes; más aún, cuando en la familia hay una severa censura hacia las relaciones sexuales, muchas veces los y las adolescentes las tienen por rebeldía o autodesafío y en condiciones de virtual clandestinidad, con muy bajo conocimiento sobre la manera de evitar que tales relaciones se transformen en un embarazo no planificado.

Diversos estudios indican que el desarrollo sexual sano lleva a tomar decisiones que se traducen posteriormente en resultados favorables. La conducta sexual depende de muchos factores y está determinada en gran medida por el conocimiento o  educación que tenga la persona sobre ésta y sobre su cuerpo. En las normas sociales de la cultura dominicana la sexualidad ha sido siempre considerada como un tema tabú, algo restrictivo que no tiene lugar dentro de los aspectos básicos de la educación infantil ni adolescente.

 La maternidad es un rol de la etapa adulta. Cuando ocurre en el período en que la mujer no puede desempeñar adecuadamente ese rol, el proceso se perturba y se afecta la vida de la madre y de su hijo/a (los padres generalmente no son actores presentes en el caso de la reproducción durante la adolescencia).

Existen varios factores que favorecen la probabilidad del embarazo de una adolescente:

La falta de la debida educación en materia de sexualidad, el inicio precoz de las relaciones sexuales cuando aún no existe la madurez emocional ni física, muchas veces impulsadas por la carga sexual tan fuerte que existe en los medios de comunicación que promueven una vida sexual irresponsable. Otra de las posibles causas es el abuso sexual. En el Caribe, del 30% de adolescentes que tuvieron relaciones sexuales, la mitad refiere que su primera relación fue forzada.

También las perspectivas de género, determinadas en gran medida por condiciones sociales y culturales, configuran la forma en que los y las adolescentes perciben la sexualidad y desempeñan una función importante en el acceso a la información y los servicios.

Cada día más la situación de la maternidad adolescente es un asunto que trae consecuencias que afectan a un grupo social en República Dominicana y por tanto debe ser tomada en cuenta, ya que es una de las razones por las que se practican en el país muchos abortos mal realizados o interrupciones voluntarias del embarazo. Cuando la joven decide tener su bebé existe una probabilidad muy alta de tener complicaciones en el parto lo que representa un gran riesgo a su salud y de quien está por nacer. Es decir, el embarazo adolescente puede representar un problema de salud pública, una vez que aumenta la morbilidad e inclusive la mortalidad de la madre y el hijo o hija.

Con este proyecto de análisis se procura dar una visión general de la maternidad de las adolescentes dominicanas, usando para ello los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda levantado en el año 2002.  Además se ofrecen resultados sobre la magnitud de la situación de la maternidad adolescente y se exponen las principales características de este grupo poblacional, específicamente en lo referente a aspectos educativos, socioeconómicos y demográficos.

Aspectos teóricos

Situación mundial

Cada año, al menos 60,000 adolescentes mueren como consecuencia de problemas relacionados con el embarazo y el parto. El riesgo de morir durante el parto es doble entre las adolescentes mayores de 15 años que entre madres de 20 a 30 años. Las niñas menores de 15 años tienen un factor de riesgo cinco veces superior. Anualmente, hasta 4.4 millones de niñas de entre 15 y 19 años sufren abortos en condiciones no higiénicas.

Según muestran los datos de UNICEF, todos los años 13 millones de adolescentes entre 15 y 19 años dan a la luz alrededor del mundo. Las complicaciones del embarazo, el parto y el puerperio ocupan el segundo y cuarto lugar entre las principales causas de muerte de las mujeres latinoamericanas de 15 a 24 años de edad.

Tasas de fecundidad específicas por edad, República Dominicana.





 
 
A pesar de que la tasa global de fecundidad ha experimentado un descenso en las últimas décadas, al observar las tasas por edad específica puede notarse que para el grupo de mujeres comprendido entre las edades de 15 a 19 años las tasas han ido en aumento desde 1983 hasta el año 2002.

Los embarazos entre adolescentes están asociados a condiciones desventajosas que los caracterizan como un problema con implicaciones sanitarias, sociales y económicas para la población en general.

Algunos elementos relacionados con el impacto del embarazo de las adolescentes.

Aspectos sociales

   Existen numerosas publicaciones que documentan el impacto del embarazo temprano. Además de representar un riesgo tanto para la madre, (aún no desarrollada completamente) como para el hijo o hija, el embarazo en la adolescencia, con el consiguiente nacimiento
precoz, puede conducir a menores oportunidades para mejorar la calidad de vida de las adolescentes que ya son madres.

Además de representar graves riesgos a las madres durante el embarazo y el alumbramiento, la maternidad precoz limita las oportunidades de las jóvenes de recibir una mejor educación, puestos de trabajo e ingresos, ya que les es preciso derivar su tiempo y esfuerzos exclusivamente a asumir responsabilidades de tipo doméstico (las que se encuentran en uniones estables) y a la crianza del hijo o hija.

Aspectos culturales.

Históricamente al hombre se le trata solamente como un compañero silencioso de la embarazada adolescente. Como los hombres no se embarazan ni enfrentan las mismas consecuencias que las muchachas que quedan embarazadas, y la mayoría de los métodos anticonceptivos están diseñados para uso y cumplimiento de la mujer, su papel en el uso de anticonceptivos es frecuentemente ignorado. Sin embargo, los varones adolescentes pueden influenciar positiva o negativamente a su joven pareja en la decisión de usar anticonceptivos.

Muchas veces ellos admiten sentirse presionados para ser independientes, asumir riesgos y esconder sus emociones reforzando así los conceptos del machismo. Los muchachos ven también la actividad sexual como rito de iniciación de la etapa adulta y asumen el liderazgo en la toma de decisiones relacionadas con el sexo.

En cambio, al salir embarazadas, las muchachas son expulsadas de las escuelas o cambiadas a la tanda nocturna, donde tienen un choque generacional, ya que sus compañeras y compañeros de clases son de mayor edad, por lo tanto con intereses diferentes, con una deserción escolar muy alta. Las adolescentes gestantes son víctimas de discriminación, son rechazadas por sus padres, y si son pobres su situación tiende a empeorar y vuelven a embarazarse hasta tres veces más. Sin embargo, si un adolescente embaraza a una joven no sufre ningún signo de discriminación.


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