Las Drogas
La droga
1.1.
Definición
Las drogas son sustancias que se convierten en el
objeto de una relación cuando esta llega a hacerse activa. La droga, en sí, no
existe: es el sujeto drogadicto quien convierte ciertas sustancias en drogas,
al establecer con ellas un tipo de relación y unas formas o patrones de uso.
La existencia de las drogas no es la causa de la
farmacodependencia. En la producción del fenómeno, en la dependencia, existe
una relación de causalidad entre el consumo de drogas, los factores
dependientes de la persona consumidora y su ambiente social. Conocer los
conceptos y la clasificación de las drogas nos permite después entender mejor
la problemática asociada.
La organización mundial de la salud (O.M.S.) define
las drogas como una sustancia (natural o química) que, introducida en un
organismo vivo por cualquier vía de administración (ingestión, inhalación, por
vía intravenosa o intramuscular), es capaz de actuar sobre el cerebro y
producir un cambio en las conductas de las personas debido a que modifica el
estado psíquico (experimentación de nuevas sensaciones) y tiene capacidad para
generar dependencia.
1.2.
Precisiones necesarias
Al hablar de las drogas, aparecen siempre una serie
de términos relacionados que, por su parecido y vinculación con el tema, y
porque no tienen ningún otro uso más cotidiano, pueden inspirar confusión.
Aclaremos, pues, estos conceptos antes de seguir adelante:
Un consumidor es la persona que ingiere alguna
droga. Se puede diferenciar entre dos tipos de consumidores: el consumidor
ocasional, o persona que alguna vez puede utilizar una o varias drogas, y el
consumidor habitual, o persona que consume una o varias drogas con una
periodicidad importante (incluso diariamente).
1.3.
Haciendo un poco de historia
La penetración del opio en el círculo cultural de
Occidente tuvo lugar decorosamente, por medio de las más altas esferas
literarias. Nada menos que con el canto cuarto de la Odisea, de Homero, donde
en sus versos 219 a 233, nos describe entre líneas, al opio no sólo como
narcótico sino también como un psicofármaco. El dolor que según el poema está
llamado a mitigar, es de tipo espiritual, psíquico diríamos hoy.
El efecto del jugo extraído de las cápsulas
inmaduras de la adormidera (papaverácea
somnífera) era ya conocido en el país del Nilo desde muchos años antes.
Ocho siglos antes de Homero, en 1600 a. de C. la traducción de un papiro nos
dice que hubo un médico que recomendaba el opio como “un medicamento para
mitigar el llanto exagerado de los niños pequeños”. Había que tomar “cápsulas
de amapola y granos que se mezclan con la suciedad que las moscas dejan en las
paredes, hasta formar con él toda una masa que se filtra y se da a los niños a
partir del cuarto día”.
Cuando Yago, en la tercera escena del tercer acto
del Otelo de Shakespeare, habla sobre su intriga, menciona también dos drogas:
Ni la adormidera ni la mandrágora
ni todos los adormecedores jugos de la naturaleza
te ayudarán a recuperar el dulce sueño
que hasta ayer fue tuyo.
Que el opio y otras drogas sean mencionadas por
Shakespeare más de doscientas veces no tiene nada que ver con una pasión
personal del escritor -los sabios del Renacimiento, en todos los países,
siempre estuvieron decididos a investigar de nuevo el mundo, y las drogas
tenían para ellos un especial interés-.
García da Horta, informa, en su Historia de las
drogas, de ciertas contradicciones: el opio es un “veneno estimulante que los
turcos toman para vencer el cansancio, pero no como afrodisíaco, como algunos
creen estúpidamente, pues el opio no sólo no aumenta el apetito carnal, sino
que apacigua la llamada de la carne”.
En ningún libro, hasta entonces, se mencionó el
peligro de hábito que implica el consumo del opio. El primero en mencionarlo
fue el sacerdote Samuel Purchas, contemporáneo de Shakespeare.
La droga más extendida en el mundo libre occidental
es, actualmente, el Valium. Uno de cada tres hogares en la República Federal de
Alemania la tienen en sus botiquines caseros. En el caso de abuso, si se toma
una sobredosis, se puede sufrir de mareos y pérdida de conciencia, el producto
es una causa de adicción. Los tranquilizantes son una droga legal, y aunque
pueden producir algunos accidentes profesionales, han sustituido a otros
productos preocupantes derivados del opio.
En Inglaterra la mayor parte de los libros que
tratan las drogas, se basan en la apreciable cantidad de investigaciones e
informes que en su época se editaron y, con ellos, se llega fácilmente a la
impresión de que el opio fue un problema específico de las Islas Británicas.
Esto no es cierto, si se tiene en cuenta la cantidad de opio consumido en
Europa. En lo único que los ingleses superan al resto de los europeos es en la
mayor precisión en los informes.
No hay duda de que podrían llenarse muchos metros
de estantería con la literatura que se ha escrito sobre el efecto y estímulo
que las drogas ejercen en la producción de obras de arte. La razón que la
pregunta no haya podido obtener, hasta ahora, una respuesta precisa es muy
simple. En primer lugar no hay ninguna droga capaz de dar vida a un mundo
propio imaginario. Todo lo que puede hacer, en el mejor de los casos, es juntar
y dar forma a una serie de experiencias diversas. Ésta es una cualidad que las
drogas comparten con los sueños y con la fantasía artística, por lo que el
papel de las drogas en la creación artística es sólo complementario, relativo.
En el caso de las drogas alucinógenas como el
hachís, repetidas veces se ha tratado de descubrir si existen “modelos de
fantasía” que sean fruto específico de la droga. La mayoría de los científicos
han llegado a la conclusión que las drogas alucinógenas lo único que hacen es
acentuar la capacidad de fantasía ya existente en la mente del artista, pero no
son capaces de crear nada por sí mismas. La droga cuyo uso está más extendido
entre los artistas es el alcohol, y tiene al parecer, dos características
peculiares: En la mayoría de los artistas su función se limita a ayudarles a
superar el estado de stress causado por el trabajo creativo, como una especie
de vacaciones psíquicas; en los alcohólicos graves produce un oscurecimiento de
su mundo representativo y una tendencia a la búsqueda de temas
“fantasmagóricos”. Del alcohol se puede esperar más o menos lo mismo que de los
narcóticos y, por lo tanto, no debe sorprender a nadie que en algunas épocas un
número sorprendente de escritores y otros artistas se den al alcohol y acaben
por pasarse al opio y sus derivados.
En 1898 la firma Bayer saca a la venta un producto,
(probado por un período de apenas dos meses) con el nombre de Heroína que según
los científicos los resultados fueron:
·
Contrariamente a
la morfina, esta nueva sustancia produce un aumento de la actividad.
·
Adormece todo
sentimiento de temor.
·
Incluso las
dosis más pequeñas hacen desaparecer todo tipo de tos, hasta en los enfermos de
tuberculosis.
·
Los morfinómanos
tratados con esta sustancia perdieron de inmediato todo interés por la morfina.
Ese mismo año, logran otro importante
descubrimiento “Aspirinas” el sustituto de los salicilatos y Heroína el
medicamento ideal para eliminar la tos. Años después se descubrió que la
Heroína de Bayer producía adicción y la empresa decidió dejar de vender este
producto.
El camino que condujo a las drogas a la
clandestinidad recorre en todos los países civilizados el mismo camino
diabólico: establecimiento de una rigurosa obligatoriedad de recetas especiales
para conseguir todo tipo de derivados del opio; leyes penales muy severas
contra la falsificación de recetas, así como contra los médicos que las
prescriben a la ligera. Con ello, desde luego, no podía hacerse desaparecer el
problema sino, simplemente, sacarlo de la superficie para pasarlo a la
clandestinidad.
La guerra de Vietnam, fue testigo del matrimonio de
la heroína con la política. Las guerras subversivas son por lo general,
financiadas con negocios ilegales y desde la segunda guerra mundial, el mercado
de armas clandestino es en muchos casos idéntico al de la droga. Se dice que en
la guerra de Vietnam, la CIA, manejaba tres compañías de aviación: Air America,
Continental Air Service y Lao Development Air Service (en Indochina). Estas
compañías se les conocía como Air Opium. De acuerdo con un informe de la CIA a
finales de la década de los 60, los ingresos de los gobernantes en Vietnam y
Laos provenían de las siguientes fuentes:
1-
Venta de Cargos
de importancia en el gobierno.
2-
Sobornos
3-
Corrupción
militar y
4-
El contrabando
de opio.
Otro ejemplo de la relación de las drogas con la
política es la gran cantidad de diplomáticos sorprendidos con gran cantidad de
drogas entre su equipaje en los últimos años.
1.4.
Clasificación
1.4.1.
Alucinógenos
Una gran cantidad de sustancias de muchas y
variadas composiciones químicas producen parecidos efectos psicoactivos en la
mente humana. Algunos de estos compuestos son sustancias naturales, algunas
extraídas de otras sustancias y algunas son sintéticas. Los efectos de este
tipo de drogas varían significativamente en cada persona. Estas variaciones son
en parte debidas a las expectativas y el ambiente de cada uno y a otros
factores no farmacológicos. Algunas drogas como el LSD se han utilizado anteriormente
en psicoterapia. Hoy, se utilizan muy poco en ese terreno.
Estas drogas generalmente se toman por vía oral. La
tolerancia a ellas se crea rápida y significativamente. Sus efectos varían
desde algunos minutos hasta varias horas. Los efectos, favorables y
desfavorables, son principalmente psicológicos. El LSD no se descubrió hasta
1938. Sus efectos en el cerebro no fueron totalmente conocidos hasta 1943.
Numerosas drogas con efectos parecidos han circulado desde tiempos
prehistóricos y las plantas que las producen pueden crecer en casi todos los
sitios. Se han utilizado estas drogas por todo el mundo. Con frecuencia, su
utilización se consideraba un fenómeno místico o religioso que acercaba a las
personas a los dioses y a la naturaleza.
Alucinógenos
naturales. Las setas crecen por todo el mundo. Existen miles de tipos distintos,
algunas son comestibles, algunas son venenosas y algunas contienen sustancias
alucinógenas. El alucinógeno natural que contienen es una sustancia química
llamada psilocibina. Estas setas se pueden comer, cocinar, secar o machacar.
Generalmente se consumen por vía oral, en cápsulas o en tabletas. La
psilocibina provoca la sensación de percibir cosas en lugares que no son
normales. Con frecuencia se ven alucinaciones muy coloridas, se tiene la
sensación de ligereza y mucha relajación. También causa diarrea y retortijones,
así como escenas retrospectivas. El efecto comienza aproximadamente a los
quince minutos después de su ingestión y puede continuar hasta nueve horas
después de la misma.
El peyote
es un cactus pequeño sin espinas con una parte central o botón y una raíz en
forma de zanahoria. Crece en los desiertos de México y en el sudoeste de los
Estados Unidos. La parte central contiene una sustancia química llamada mescalina.
Esa parte central se corta en rodajas y se seca para formar un botón mescal que
se mantiene en la boca hasta que se ablanda y luego se traga o se utiliza para
hacer té. La mescalina también se puede obtener sintéticamente y se encuentra
en forma de cápsulas o tabletas. Los efectos que produce son, cambios o
interrupciones en las funciones normales del cerebro y alucinaciones. Alrededor
de una hora después de su ingestión son frecuentes las náuseas y los vómitos
así como respiración entrecortada, aumento del ritmo cardiaco y temblores.
Estos efectos pueden durar hasta 12 horas y sus reacciones pueden ser
variables. Efectos tipo caleidoscopio, "ver" la música en colores u
"oír" la pintura como si fuese música, representan algunas de las
experiencias sensoriales de las que se tiene conocimiento. Los Aztecas
utilizaban el peyote en sus ceremonias religiosas como hacían los americanos
nativos.
Alucinógenos
sintéticos. El LSD o dietilamida del ácido lisérgico, se conoce como ácido. En
1943, cinco años después de su descubrimiento, el Dr. Hoffman estaba trabajando
en su laboratorio farmacéutico cuando empezó a sentirse enfermo. En el intento
de repasar su trabajo sobre hongos, descubrió que había fabricado uno conocido
como el LSD-25. Esta fue la única variable diferente que encontró. Para
comprobar su teoría, se administró a sí mismo una pequeña cantidad y se sentó a
tomar notas. Después de casi una hora, se sintió mareado, impaciente, con
trastornos visuales y con una risa incontrolable. Estas notas fueron las últimas
que escribió en su cuaderno y tuvo gran dificultad en escribirlas. El Dr.
Hoffman continuó experimentando en un "viaje" de seis horas de LSD.
Al día siguiente se sentía bien, pero muy cansado. Este es el primer caso de un
informe documentado de los efectos del LSD.
Desde entonces el LSD ha sido utilizado por los
militares para "lavados de cerebro" e incluso para incapacitar a las
fuerzas enemigas. Se reemplazó rápidamente por otros compuestos más específicos
y efectivos. Los médicos lo utilizaron en psicoterapia pero su utilización ha
decaído desde mediados de los 60. En 1962 el LSD llegó a ser una droga muy
popular en el mercado negro. Debido al estricto control de abastecimiento por
los fabricantes y las regulaciones de las administraciones, se vio envuelto en
el mercado negro muy de prisa. Este mercado aumentó el abastecimiento de esta
droga hasta tal punto que se exportó fuera de los Estados Unidos. Desde 1966 no
es legal la fabricación y distribución del LSD en Estados Unidos.
El LSD es una de las drogas sintéticas más
poderosas. Una quinta parte de un gramo de una tableta (el tamaño de una
aspirina), contiene suficiente LSD para producir efectos a tres mil personas.
Es cien veces más fuerte que la psilocibina y más de cuatrocientas veces más
fuerte que la mescalina. El LSD es un polvo blanco insípido, incoloro e
inodoro. Pueden hacerse tabletas, cápsulas o líquidos y generalmente se traga,
aunque con frecuencia se inyecta en la vena.
El LSD afecta a las funciones del cerebro,
principalmente a los receptores de serotonina. El efecto empieza de treinta a
noventa minutos después de su ingestión y puede durar hasta doce horas. Este
efecto se denomina comúnmente como "viaje". Los efectos del LSD son
muy similares a los que producen los alucinógenos naturales descritos
anteriormente pero más intensos. Son comunes los cambios emocionales, esos son
espantosos para el consumidor. También puede causarles la pérdida del sentido
de “acciones normales" o sus consecuencias. El consumidor puede tender a
realizar acciones sobrehumanas y sentirse sin control alguno. Las escenas
retrospectivas pueden durar muchos años, aunque no se vuelva a consumir esta
droga.
Los efectos físicos en el consumidor de LSD son
sudores, pérdida de apetito, insomnio, boca seca y temblores. También puede
aumentar el latido cardiaco, la temperatura y la presión sanguínea.
La feniclidina
se conoce a menudo como "polvo de ángel", es uno de los alucinógenos
más peligrosos y también muy extendido. A diferencia de otros alucinógenos, la
feniclidina provoca drogodependencia. La feniclidina originariamente se
desarrolló para su utilización como producto adjunto a la anestesia. Pronto se
descubrió que causaba confusión, alucinaciones, ansiedad, ataques e incluso
daños en el cerebro. Es un polvo cristalino puro y blanco. Con frecuencia se
traga en forma de cápsulas o tabletas, se aspira o se inyecta. Generalmente se
espolvorea o rocía sobre la marihuana, el tabaco o perejil triturado y se fuma.
Los efectos de la feniclidina comienzan de dos a
cinco minutos después de ser ingerida, llegan al máximo en dos horas
aproximadamente y pueden durar hasta seis horas. Los efectos residuales
necesitan dos días para desaparecer. Las escenas retrospectivas son corrientes
con la feniclidina y pueden ocurrir meses después de su ingestión. Bajo los
efectos de esta droga las cosas se ven y se oyen de manera muy diferente. La
feniclidina afecta a las funciones motrices normales como el andar o el hablar,
aumenta los latidos cardiacos y la presión sanguínea. Los efectos secundarios
más frecuentes son sudoración, vista borrosa, mareos, entumecimiento,
nerviosismo, irritación, dificultad para concentrarse e impaciencia. Los
efectos secundarios más graves van desde el estado de coma y convulsiones,
hasta un fallo cardiaco o apoplejía. La feniclidina puede provocar cambios de
comportamiento raros e impredecibles. Los adictos pueden intentar hazañas
sobrehumanas o cometer violentos crímenes. A menudo padecen graves problemas
mentales.
1.4.2.
Cocaína y Crack
La cocaína es una droga alcaloide extraída de las
hojas del árbol de la coca. Es un estimulante del sistema nervioso central que
provoca euforia (sensación de sentirse bien). El crack es una droga poderosa.
Es una forma de cocaína más barata y muy disponible que se presenta en pequeños
trozos con apariencia de jabón.
Cuando se produce la inmunización temporal o la
tolerancia a los efectos de la cocaína muchos consumidores tienden a aumentar
la dosis. La cocaína se puede aspirar, inyectar o fumar. Generalmente se mezcla
con otras sustancias más baratas. El crack es el resultado de calentar la
cocaína con levadura en polvo. Generalmente se fuma en una pipa de agua y es la
forma de cocaína que causa más adicción.
En 1883 un físico militar alemán, el Dr. Theodor
Aschenbrandt, consiguió un suministro de cocaína pura y lo distribuyó entre los
soldados bávaros durante las maniobras de otoño. Informó del aumento de la
capacidad de los soldados para soportar el cansancio.
Un lector que quedó fascinado con los informes del
Dr. Aschenbrandt, fue un joven neurólogo vienés, indigente, de veintiocho años,
el Dr. Sigmund Freud. Algunos de los descubrimientos iniciales de Freud sobre
la cocaína, como el de ser una droga psicoactiva, quedaron ampliamente
confirmados en investigaciones posteriores. Otras investigaciones revelaron que
el uso repetitivo de grandes dosis de cocaína produce una psicosis paranoide
característica en casi todos los que la utilizan y que aumenta la tendencia a
su abuso. Una característica peculiar de esta psicosis son las alucinaciones
como que hormigas, insectos o serpientes corren por encima de la piel.
En 1890 la naturaleza de la cocaína a crear
adicción y psicosis era bien conocida. Se utilizaba frecuentemente como
anestesia local. En los Estados Unidos, fue muy utilizada en la Coca-Cola, en
tónicos y en otros medicamentos patentados. Se prohibió en 1914. La cocaína
destruye las membranas mucosas, inflamando y agrandando las vías respiratorias.
Estos efectos se dan más en las personas que aspiran cocaína, lo que todavía se
practica. También es un estimulante que acelera el sistema nervioso, el latido
cardiaco y la respiración.
La adicción a la cocaína se diferencia de otros
tipos de adicción en al menos dos aspectos. Incluso después de la utilización
de grandes dosis de cocaína, si se priva de la utilización de esta droga, no se
sufre de crisis de abstinencia como el delirium tremens producido en los
alcohólicos o el síndrome de abstinencia del opio. Los efectos físicos son
menores. La falta de cocaína se caracteriza por una depresión para la que la
cocaína parece ser el único remedio. El impulso de reducir la utilización de
cocaína es muy fuerte. Sobredosis de esta droga puede derivar en convulsiones e
incluso la muerte.
Por otra parte, la adicción a la cocaína puede
provocar graves psicosis bajo sus efectos. Esto es muy distinto a la mayoría de
los síndromes de abstinencia que duran horas o días después de dejar la droga.
Grandes dosis de cocaína pura, producen sensación
de gran tensión y un exceso de agitación. Los cocainómanos descubrieron que
mezclando la cocaína con la morfina o la heroína se reducían estas sensaciones.
Los que utilizan morfina o heroína descubrieron que la combinación aumenta los
efectos y el buen humor producido por esas drogas. Esta mezcla se conoce como "speed".
1.4.3.
Estimulantes
La utilización de la cafeína en las distintas
culturas tiene una larga historia. Todavía es una de las drogas que no recibe
la suficiente atención a la hora de tratar el abuso y adicción a las drogas.
Sin embargo, sus efectos fisiológicos y psicológicos en el organismo hacen
evidente que la cafeína es una de las drogas de las que más se abusa y que
puede causar adicción. No es probable que la cafeína se ponga bajo control
gubernamental en un futuro inmediato, porque se considera, en general, benigna,
su uso es socialmente aceptable (incluso se incita a su consumo) y las fuentes
de obtención de la cafeína están controladas por grandes sociedades
alimenticias (que tienen un gran interés en mantener alto su nivel de consumo).
Sin embargo, a nivel individual se debería ser consciente de los efectos de la
cafeína y del potencial de su abuso.
Históricamente, la cafeína se ha utilizado durante
muchos siglos en el Este y en la América precolombina, antes de su introducción
en Europa. Mientras en Europa se favorecía el consumo de alcohol como la droga
elegida (lo que explica la gran variedad de sus manifestaciones que existe en
esta parte del mundo) no pasó mucho tiempo desde que los comerciantes y
exploradores comenzaran a traer el café de Arabia y Turquía, el cacao del Nuevo
Mundo, el té de China y la planta de cola del oeste de África. La cafeína tuvo
una gran aceptación popular. Es importante resaltar que, desde su comienzo como
bebida popular en Europa, la utilización del café aumentó a pesar de las
advertencias gubernamentales, religiosas y médicas y sus esfuerzos por
reprimirlo. En muchos aspectos, la llegada de la cultura en torno a la cafeína
trajo consigo tanto histerismo como muchas de las drogas actuales.
La cafeína se encuentra hoy como se encontraba
originalmente, en el café, té, chocolate, y algunas bebidas sin alcohol.
También está disponible en pastillas que se venden para ayudar a mantenerse
despierto y alerta, como afrodisíaco y como reductor del apetito. Aunque no se
considera como una droga de la que se pueda abusar, un sorprendente número de
defensores de la cafeína sostienen contradictoriamente que, aunque no es una
droga y sólo se toma para su disfrute, una taza de café es necesaria por las
mañanas al despertarse o levantarse. En efecto, varios estudios han demostrado
que se puede ser adicto a la cafeína y que los síntomas que se manifiestan por
la falta de cafeína son irritabilidad, pereza, dolor de cabeza, depresión y/o
nerviosismo. Además, en los tests en los que se ha pedido a personas no
bebedoras que bebieran una cantidad de café o de té con los niveles de adicción
comunes, han presentado nerviosismo y problemas gastrointestinales. Se puede
llegar a abusar gravemente de la cafeína, incluso se pueden tomar de siete a
quince tazas de café (o su equivalente) en una sesión. En situaciones tan
extremas, se ha notado delirio, taquicardia, temblores y psicosis de cafeína,
además de una alteración gastrointestinal aguda. Por ello, es evidente que la
cafeína es una droga que crea adicción, afecta mentalmente y presenta el
potencial de su abuso.
A pesar de estas consideraciones, la cafeína es
relativamente benigna como droga que crea adicción. Estudios al respecto han
demostrado que pequeñas dosis de cafeína mejoran la memoria a corto plazo, la
puntuación en los tests que dependen del reconocimiento de un dibujo cerrado y
la habilidad motriz. Tampoco se debe desestimar el aumento de la productividad
en la sociedad actual por los efectos estimulantes de la cafeína. Sin embargo,
se debe sopesar todo esto con los efectos que produce a largo plazo la
utilización de cafeína.
Las úlceras y otros trastornos digestivos son más
frecuentes entre los consumidores de cafeína, así como los problemas
relacionados con la propiedad estimulante de la cafeína (incrementa el riesgo
de paro cardiaco, de hipertensión y problemas de personalidad). Muchos de los
problemas a corto plazo que se presentan por sobredosis o abuso de la cafeína
están bajo control al ser una droga legal de uso refinado. Sin embargo, se desconocen
los efectos de larga duración.
1.4.4.
Marihuana
La marihuana es el nombre común con el que se
conoce a la planta Cannabis sativa.
También es el nombre que se le da a la droga que se prepara con las hojas secas
y la parte superior de las flores de esta planta. Estas hojas y flores
contienen varios componentes químicos conocidos como canabinoicos. Una de estas
sustancias químicas, la llamada TCH o delta-9-tetrahidrocanibinol, crea el
estado conocido como "estar colocado" afectando a las funciones
normales del cerebro. La potencia de la marihuana varía enormemente de un caso
a otro.
La planta de marihuana ha existido desde hace más
de 5.000 años y se ha utilizado de muchas maneras. En la antigua China se
utilizaban las fibras de esta planta para tejer cuerdas y ropa. Los griegos y
los romanos hacían medicinas con ellas. Otros han utilizado el aceite para
fabricar jabón e incluso se ha utilizado como alpiste.
Como en la antigua China o Roma, los colonialistas
americanos utilizaban la planta de marihuana. En los siglos XVII y XVIII,
utilizaban las fibras de la planta para hacer cuerdas y tejer sus ropas. En el
siglo XIX la parte superior de la lona que cubría las armas estaba a veces
hecha con las fibras de la planta de marihuana.
La utilización de la marihuana para
"colocarse" llegó a ser muy popular en los Estados Unidos durante los
años 20 y 30. Muchas personas tenían miedo de esta droga y se aprobaron leyes
para controlar su utilización. En 1937 el Congreso de los Estados Unidos aprobó
una ley que limitaba el uso de la marihuana en cualquier lugar del país.
En los años 60, la marihuana llego a ser más
popular que nunca. Los estudiantes universitarios y de las escuelas superiores
comenzaron a utilizar la droga como una forma de demostrar lo maduros e
independientes que eran. Los "hippies" y los "hijos de la
flor" hicieron de la marihuana parte de su manera de vivir.
En los años 70 y 80, los estudios sobre el uso de
la marihuana han demostrado a los científicos que es, de hecho, una droga muy
perjudicial. Hoy día, cada vez menos gente que consume marihuana e incluso
menos que la prueban aunque sea sólo una vez. Sin embargo, la marihuana es
todavía la droga ilegal más extendida.
El extracto de cannabis,
marihuana, fue en su tiempo utilizado médicamente de forma extensiva y todavía
tiene mínimas aplicaciones médicas en algunos países. La marihuana es única en
cuanto a los efectos químicos y psicológicos que produce. El desarrollo de la
tolerancia a la marihuana requiere "sentirse bien" o "llegar más
alto". Se puede desarrollar una dependencia psicológica tan fuerte como la
que provoca la cocaína. Las alucinaciones no son efectos secundarios de esta
droga, pero con frecuencia es un síntoma de sobredosis.
Generalmente la marihuana se fuma, pero también se
puede tomar por vía oral en las comidas o en las bebidas. Se ha demostrado que
provoca enfermedades en los pulmones y en el corazón. El humo contiene gases
químicos y venenosos que provocan cáncer. También puede destruir los tejidos
pulmonares y disminuir el sistema inmunológico del organismo destruyendo los
glóbulos blancos.
1.4.5.
Narcóticos
Los narcóticos han sido las drogas fundamentales en
las subculturas y en las sociedades respetables a través de los años. En 1885,
los opiáceos estaban disponibles en preparados que no necesitaban prescripción.
Incluso en los refrescos más comunes presentaban derivados del opio como
ingredientes. Aunque algunos lo consideraban inmoral, la utilización de los
preparados de opio, -como el láudano o fumar opio- estaba legalizado. En 1942
el Congreso Americano prohibió a nivel nacional el cultivo de la amapola de
opio o adormidera. En el siglo XIX la adicción no se consideraba como la
desgracia social que se considera hoy. Las parejas no se divorciaban por causa
de adicción a los narcóticos y los trabajadores no eran despedidos por esta
causa. Sin embargo, desde entonces se ha descubierto la verdadera naturaleza de
la adicción y se han conocido sus terribles consecuencias, tanto para los
individuos como para la sociedad. Hoy en día la clase de drogas denominadas
"narcóticos" incluyen algunas de las más peligrosas, con más adicción
y más abuso en la sociedad moderna.
Formalmente, el término "narcóticos" se
refiere a los derivados de la adormidera que actúan como hipnóticos o
tranquilizantes. Los derivados más conocidos incluyen el opio, la morfina, la
codeína y la heroína. Los tres primeros aparecen de forma natural en la
adormidera, mientras que el último, la heroína, está hecha de morfina acetilada. Todos ellos se han
utilizado médicamente en algún momento de la historia, la morfina y la codeína
todavía se utilizan extensamente como analgésicos. Se creyó que la heroína era
un tratamiento viable contra la adicción de la morfina (un problema muy
extendido a finales del siglo XIX y hasta la mitad del siglo XX). Como
resultado, la heroína produjo más reticencia, adicción y daños psicológicos que
la morfina a la que supuestamente reemplazaba. La codeína es quizás la última
de estas drogas, siendo el opiáceo de acción más suave, pero también crea
adicción y presenta el potencial de su abuso. De hecho, haciendo la
consideración que muchas más personas tienen acceso legal a la codeína (con
receta) que a la heroína (que no se prescribe), es muy posible que el número de
adictos y el abuso de la codeína sean superiores a los de heroína, que es más
difícil de conseguir.
Aunque el abuso de los narcóticos se centra en sus
efectos, que proporcionan un placer momentáneo, muchas personas se han
introducido en ese mundo a través de tratamientos médicos. El valor medicinal
de los narcóticos es inestimable. La morfina y la codeína se han utilizado como
analgésicos en pacientes para los que sería cruel tratarlos con calmantes más
suaves, como la aspirina y el paracetamol. Para los dolores postoperatorios,
crónicos y los traumatismos agudos inductores de dolor, la codeína ha
encontrado muchos partidarios y con frecuencia se combina con analgésicos más
suaves que proporcionan a los pacientes un alivio de amplio espectro. El
principal efecto de los narcóticos es deprimir las funciones del sistema
nervioso central disminuyendo la transmisión de los signos de dolor al cerebro.
Sin embargo, resultan comprometidas otras funciones del SNC (Sistema Nervioso
Central) como el control involuntario de los músculos, del sistema motriz y la
coordinación. Una sobredosis de cualquier narcótico ocasiona confusión,
delirio, pérdida de fluidez verbal, estado de coma y muerte. Por consiguiente,
es absolutamente indispensable seguir las indicaciones del médico al tomar
cualquier narcótico o sustancia sintética análoga bajo prescripción
facultativa. El efecto a largo plazo de los narcóticos, incluso recetados, es
una dependencia física.
Esta dependencia física no va siempre acompañada de
degradación hepática, renal o neurológica rotunda u observable, se manifiesta
mediante invariables síntomas de abstinencia que incluyen graves dolores de
cabeza (que para calmarlos requieren fuertes dosis de narcóticos), convulsiones
o temblores, fiebre y/o escalofríos y delirio. Lo que hace que la heroína sea
particularmente una terrible droga, es su capacidad para crear adicción después
de una única dosis. Los síntomas de abstinencia descritos, pueden ocurrir
incluso después de la primera experimentación con heroína, aumentando las
posibilidades de una fuerte adicción. Además, la adicción plantea un dilema
incluso a las personas con más sentido moral: deben decidir entre practicar el
robo para proveerse de una dosis de heroína o sufrir la angustia del síndrome
de abstinencia en su estado más terrible. En muchos casos forzados (como cuando
no se encuentra otra dosis o se está encarcelado), el síndrome de abstinencia
es tan fuerte que llega a ocasionar la muerte.
Estos casos ilustran el grave peligro de la
heroína, aunque los casos de adicción que puede provocar una única dosis de
heroína son excepcionales, del 3 al 5%. Muchos han sido consumidores
ocasionales de opio o de morfina que se han pasado a la heroína, generalmente
por vía intravenosa. Después de varias semanas, en que la frecuencia de consumo
se incrementa de una vez al mes a los fines de semana, pronto se llega a
consumir heroína diariamente y no se puede dejar sin pasar por una grave
experiencia debilitando los síntomas de abstinencia. El heroinómano tiene que
comprar droga continuamente y permanecer fuera del colegio o trabajo mientras
esté bajo sus efectos. Los adictos a la heroína generalmente pierden sus
amistades, trabajos, no descansan lo suficiente, no tienen una seguridad
financiera u otras comodidades que proporciona un estilo de vida autosuficiente
mientras estén dominados por esa adicción.
Se ofrecen varias vías para el que desee
"deshacerse del vicio" del consumo de los narcóticos. Una sería
abandonarlo rotundamente y de repente, lo que ocasiona el denominado
"mono". Sin embargo, este método es casi imposible para la mayoría de
los adictos pues los síntomas de abstinencias que tienen lugar son tan fuertes
e intensos, que es probable que el adicto elija volver a la utilización de la
droga en vez de sufrir esa agonía. Además, enfrentarse al síndrome es sólo la
primera parte de la lucha contra la adicción. Seguidamente aparecen los
síntomas de abstinencia más intensos, lo que se conoce como "síndrome de
postadicción". Es durante este período, que puede durar varias semanas o
meses, cuando los adictos en fase de recuperación experimentan depresión,
ansiedad y anhelo. Con frecuencia, durante este tiempo vuelven a caer en el
consumo de la droga. Otra opción son los programas de mantenimiento, aunque a
muchos adictos no les solucionan su problema.
La metadona (una sustancia sintética análoga a la
heroína) se prescribe con frecuencia como droga a utilizar para apartar la
adicción a la heroína. Los programas de mantenimiento con metadona están
prosperando en la ayuda del síndrome de abstinencia y de postadicción para
miles de adictos a la heroína. Por sus efectos análogos, aunque más suaves que
los de la heroína, se puede llegar a abusar de la metadona, y de hecho se
abusa. Con todo, el sistema de soporte que acompaña a los programas de
mantenimiento con metadona ayudan a prevenir la recaída de los adictos y es,
pensándolo bien, una bendición para muchos miles de ex-adictos.
Drogadicción
1.5.
Causas
Existe en nuestros días una preocupación en el
ámbito mundial por la extensión e intensidad con que se presenta el flagelo de
la drogadicción. Todos los países están involucrados y atentos a formar una
conciencia que permita el control de este mal y por tal motivo buscan no sólo
prevenir sino tratar de conocer más profundamente las causas que llevan al
hombre a sumarse a las filas de los adictos.
El hombre desde la antigüedad se ha visto tentado a
seguir el camino del placer enfermizo buscando el paraíso a través de la
intoxicación descontrolada. Este fenómeno estaba circunscripto a determinadas
elites, atraídas por el esnobismo, tratando de despegar de la realidad para
encontrar la satisfacción de placeres no posibles de lograr fuera de la
intoxicación sofisticada. Por otro lado tenemos los que llegan a la droga por
problemas psicoafectivos, buscando llenar vacíos que sus afectos no logran
compensar.
Pero hoy, y de allí la preocupación generalizada,
se ha extendido de tal modo su utilización que podemos identificarla como una
enfermedad social, pudiendo definirla como "aquella que dañando el
organismo y la mente del enfermo, trasciende sus límites, para invadir y
propagarse a los otros individuos de su medio, mediante la interacción social;
atacando y destruyendo la trama de la sociedad y desencadenando secundariamente
vicios sociales tales como la desocupación, la delincuencia, la violencia, la
promiscuidad y el deterioro de los vínculos familiares.
Analizando la drogadicción podemos identificar
factores básicos que concurren para su presencia:
·
un agente
exterior: la droga
·
un medio
facilitador: el medio sociocultural
·
un ser humano
cuyas carencias lo transformen en terreno fértil para que momentáneamente o
permanentemente caiga en el uso de drogas.
Accionar sobre estos factores conducentes resulta
la preocupación que ya hemos mencionado, si desmenuzamos cada uno de ellos nos daremos
cuenta que tratar de eliminar o minimizar la presencia de la droga es por demás
difícil por no decir imposible, ya que sus componentes podrán ser elegidos
entre muchas opciones y que se encuentran en casi todas partes. Un elemento
activador es el gran desarrollo de las comunicaciones, la sofisticación de los
medios utilizados para su transporte y el crecimiento de las organizaciones
destinadas a la comercialización, promoción y distribución de la droga.
Sobre el segundo factor se puede actuar con mayor o
menor posibilidad de éxito. Esto no solo represente una tarea difícil por la
desigualdad de las "armas" empleadas, sino una falta de unidad
mundial para tratar de encontrar modelos válidos de lucha.
Por lo expuesto resulta que lo más adecuado y con reales
posibilidades de éxito es el conocimiento y tratamiento del individuo y su
medio ambiente inmediato, para que a través de una acción preventiva, activa e
intensa se logre proteger al ser humano y por extensión a la sociedad, de ser
alcanzada por la enfermedad.
Es indudable que los cambios culturales ocurridos
en la sociedad en los últimos años ha favorecido la aparición de un campo
propicio para el desarrollo de la "personalidad adicta temprana". Con
respecto a los cambios culturales, podemos hacer mención de sensaciones de
vacío, carencia de ideales, valores y metas, tendencia a la depresión; sin duda
ayudados por las condiciones socioeconómicas producidas por la globalización,
falta de oportunidades y escasez de trabajo que influyen en el desempeño familiar
afectando los procesos de desarrollo de la personalidad en los estadios más
precoces de la infancia.
Partiendo del concepto "la droga es una
muleta, incapaz de prevenir la invalidez psíquica", debemos entonces
encarar el estudio de la drogadicción partiendo del análisis del ser humano
desde los inicios de su vida, su relación con el medio ambiente inmediato y su
desarrollo en las etapas de adolescente y adulto.
1.6.
Perfil de Identidad
1.6.1.
Factores que influyen en el desarrollo de una
drogadicción
La drogadicción debe ser estudiada dentro de un
marco psicosocial, si no hay droga no hay drogadicción.
Otro concepto importante es el de la disposición
del individuo a usar drogas. Este fenómeno es inherente a la condición de
fragilidad y finitud del ser humano. Debemos tener en cuenta que drogadicción
no es un diagnóstico que se corresponde en forma lineal con una estructura de
personalidad definida. Es cierto que entre los adolescentes que hoy usan
drogas, hay un porcentaje muy significativo de trastornos narcisistas de la
personalidad, pero ésta no es una condición excluyente, ya que también pueden
existir trastornos neuróticos, psicóticos, depresiones graves, etc.. Por otra
parte hay personas que padecen algunos de estos cuadros y que jamás se drogan.
En primer término, las personas con diferentes
patologías podrán usar drogas si existe la posibilidad de tener acceso a su
suministro. Donde esta alternativa no existe, la persona podrá desarrollar
otras conductas adictivas: el juego, el trabajo, la comida, etc., pero no una
drogadicción fármaco-dependiente.
La droga es una necesidad que se registra como una
constante a lo largo de la historia de la humanidad, y cuyo fundamento está
basado en la incapacidad humana para aceptar la condición de finitud inherente
al fenómeno de la vida.
El hombre es el único animal que no acepta su
destino biológico que es nacer, crecer, reproducirse y morir. Todos los demás
desarrollan esta secuencia aceptándola como un mandato natural.
Para ampliar este concepto Kalina hace una disociación
absolutamente artificial, y considera al hombre como un cuerpo y una mente.
El cuerpo del hombre es igual al de cualquier
animal, nace, crece, se reproduce (o no) y muere. Tiene que cumplir el destino
biológico. Nuestra mente, en cambio, siempre ha querido escapar de este
determinismo biológico, y sólo mentalmente podemos intentar trascender los
límites que nos corresponden. Nuestra fantasía nos permite hacer cualquier cosa
que deseemos, siempre que esta realización sea en el nivel mental. En cambio,
en el nivel corporal, físico, la finitud y la muerte como final inevitable de
nuestra existencia es un hecho capital que duele intensamente y cuesta aceptar,
y cuanto más débil es una persona más dificultad tiene para tolerar el
conocimiento de la realidad que es la vida.
Kalina se refiere a la fragilidad de los
adolescentes, en el sentido de aquéllos que han sufrido grandes frustraciones,
que han lesionado su YO, debilitando y distorsionando sus posibilidades de un
normal funcionamiento.
Estos adolescentes tienen más problemas para
aceptar sus limitaciones, su finitud, por eso cuando tienen que enfrentarse a
situaciones que experimentan como terribles, horrorosas, un recurso defensivo
es refugiarse en su interior y si esta interioridad está muy dañada, lesionada,
carente de objetos buenos internalizados, producto de relaciones
parentofiliales amorosas, que ayuden a encontrar sentido a la vida, es decir,
desilusionante, su sensibilidad a la oferta externa de substancias mágicas que
les brinden ilusiones aumentan peligrosamente.
Según Kalina y llegando a una gran simplificación,
la respuesta es la falta de amor, el abandono y las consecuencias psicológicas
correspondientes.
1.6.2.
Factores constitucionales
Estudiosos de la psicología infantil, como Klein,
consideran que hay niños que nacen con características psicológicas de origen
constitucional diferentes, por ejemplo hay niños que nacen con una menor
capacidad para tolerar la ansiedad, que son más impulsivos y que tienen
características diferentes a otros niños.
Se está investigando las bases neuroquímicas de la
conducta y ya se sabe por ejemplo, que el feto responde con alteraciones del
ritmo cardiaco, succión del dedo y movimientos a situaciones de estrés de la
madre.
Podemos suponer entonces que a través de mensajes
neuroquímicos se va plasmando una pauta de respuestas conductuales en germen,
que después del nacimiento se expresarán en diferencias de respuestas
psicológicas entre un niño y otro frente a la ansiedad, el miedo, la
frustración, etc.
Tampoco podemos olvidar que la ingestión por parte
de la madre de ciertas substancias como alcohol, tabaco, psicofármacos y otros,
también van a ejercer su efecto sobre la evolución y estructuración
biopsicológica del feto-futuro hombre.
1.6.3.
Relaciones objetales tempranas
Si al nacer un niño, su madre está bien sustentada
por su pareja y por condiciones ambientales adecuadas, es más posible que pueda
ser atendido por ella como un otro.
En esa fase y durante los primeros años el niño,
necesita dedicación, amor y cuidados que le permitirán desarrollarse e ir
fortaleciendo su YO. En la medida en que ha recibido mejor calidad de amor,
respeto por él mismo y un buen concepto de límites entre uno y otro, va
desarrollándose dentro de él, la génesis de una conducta madura.
Todo esto se logrará si las primeras relaciones del
niño con la madre son adecuadas y si el objeto primario, la madre, permanece
constante y disponible, por lo menos durante los primeros meses de vida.
El alejamiento de la madre o la incapacidad de dar
todo este sustento al niño, Kalina lo llama micro o macroabandono, y va a
provocar alteraciones de las relaciones objetales tempranas, y por lo tanto
dificultará el logro de un YO maduro posteriormente, lo que predispondrá a la
aparición de una adicción, si se cumplen además otras circunstancias, porque
este factor recién expuesto no es específico como base predisponente.
1.6.4.
Depresión Materna
1.6.5.
Existe un micro o macroabandono del cuidado del
niño en los casos de depresión materna. Normalmente, frente al nacimiento de un
hijo las madres tienen reacciones depresivas.
El parto y el período de postparto es una etapa de
cambios muy importantes para la mujer. Hay madres que presentan depresiones muy
serias, y la persona depresiva es alguien siempre hambrienta de estima. En esta
situación, la madre atenderá posesivamente a su hijo, no porque éste la
necesite, sino porque ella lo necesite a él, o sino directamente lo abandona.
Este es un proceso que se desarrolla y se extiende
en el tiempo, y a través del cual la madre usa al niño para ella misma,
venciendo los límites del niño para acomodarlo a sus necesidades. Se produce
una simbiosis que no se va a resolver en forma normal, a través de los procesos
de separación - individuación.
Las técnicas de acción para llegar al otro, en vez
de las verbalizaciones, las invasiones del territorio del otro y su
manipulación permanente, los modelos tóxicos, los dobles mensajes inductores,
las mentiras, etc. van configurando un cuadro particular.
1.6.6.
Desarrollo del Self
El niño nace dotado de un equipo psicológico (self)
que le permite realizar su primera acomodación a la estructura de su ambiente.
Su forma y su estilo de adaptación dependerán del interjuego que se de entre
sus recursos constitucionales, psíquicos y biológicos, y los vínculos con los
objetos que el medio externo aporta (la familia mas próxima) y entre éstos dos,
los sucesos infantiles.
En este punto, es de fundamental importancia el
vínculo que se mantenga entre la madre y el niño.
La capacidad de la madre para soportar la angustia,
calmar y dar consuelo, hacen que el niño se sienta bueno, querido y aceptado
tal cual es. Esto estimula la relación afectiva y el contacto con la realidad.
El sujeto (bebé) necesita encontrar un objeto (madre) que le aporte
gratificaciones que dirija, modele y contenga sus impulsos, que alivie y regule
sus tensiones y que lo haga sentir grande e importante.
Cuando la madre no puede responder a los deseos y
necesidades del bebé, el self de éste, se conforma desvitalizado, depresivo y
con importantes sentimientos de vacío.
Esta situación es el germen que en el futuro
generará las ansias de dependencia patológica (estructura adictiva).
También, podemos observar que son familias, en
general con mala alianza marital, donde muchas veces el precario vínculo que
mantiene la relación es un hijo dependiente e inmaduro que canjea su
independencia por la enfermedad.
De esta manera, la drogadicción pasa a ser el
precio que se paga para no crecer. Son familias que suelen tener un pasado con
situaciones ocultas, secretos familiares, pasados difíciles, que viven como
vergonzosos, con contradicciones y mentiras.
Puede suceder que el padre, una figura ausente de
afecto y preocupación por el hijo, que suele tener una apariencia de fortaleza,
utiliza la prepotencia para desvalorizar a la madre, acentuando su
predominancia, logrando de este modo el desamparo del hijo por ambos, ya que
una madre no respaldada por el padre del niño no puede cumplir su rol con
tranquilidad.
Es común también, que se trate de padres dedicados
de manera exagerada al trabajo, con poco contacto familiar, desinteresados de
la educación y aspectos afectivos de sus vidas.
Las características recién descritas se constituyen
en sustratos cargados de hostilidad que estarán en la base de la patología del
superyo. Sobreviene entonces una alteración del sistema de valores y una
incapacidad de asumir normas de autocrítica, capacidad de culpa y
preocupaciones frente a si mismo y hacia los demás, que devienen en conductas
delictivas.
Esta generación de estructuras vulnerables produce
un daño más grave en estas primeras épocas, por ser las que encierran el germen
del basamento de la personalidad, extendiéndose a etapas posteriores de la
educación, que no es otra cosa que la formación del carácter y del sistema de
valores a los cuales la persona se ajustará y tomará como guía en la vida.
1.6.7.
Relación con la figura paterna
Para Kalina, la figura paterna es un factor clave
para la aparición o no de una drogadicción. Aunque su papel en los primeros
momentos de la vida no es tan capital como el de la madre, al dar estabilidad
al hogar y al vínculo entre la madre y el hijo, va generando las condiciones
más adecuadas para que el buen desarrollo del niño se efectúe adecuadamente.
En la historia de la evolución de un futuro
drogadicto, la figura paterna no es capaz de sostener las dificultades de su
esposa y por otro lado no reacciona frente a la simbiosis madre-hijo, para
evitar así hacerse cargo de las necesidades y exigencias de su esposa y/o del
hijo.
Lo que constituía una díada de explotación se ha
transformado en una tríada de explotación, al utilizarse al hijo para que la
pareja subsista. A través de ese pacto perverso se instala el modelo de
"hacerse de la vista gorda", algo así como una negación parcial
pactada, que luego el adicto introyectará y la convertirá en el modus vivendi, así como la tendencia de
ser un explotador-explotado.
En otras palabras, incorporará una ideología de
vida donde una parte de su YO hará la vista gorda a las actuaciones de la otra,
en especial en todo lo que respecta a las actuaciones adictivas.
1.6.8.
Importancia del cuerpo y negación del mismo en el
adicto
En la disociación que hace Kalina del cuerpo y de
la mente , el cuerpo marca la condición biológica del hombre.
El adicto niega esta circunstancia, “se hace de la vista
gorda". Siente odio hacia su cuerpo, ya que éste por su finitud le impide
vivir la ilusión de la grandiosidad que busca.
Ahora bien, el adicto vive una paradoja trágica,
como todo ser humano necesita y busca un límite para poder integrarse al resto
de la humanidad, pero cuando lo encuentra se desespera porque este mismo límite
le marca su finitud.
En consecuencia busca sobrepasarlo, atacándolo y
buscando una grandiosidad que no puede ser satisfecha, y al encontrar un nuevo
límite ante la intolerancia del cuerpo al tóxico, reaparece nuevamente la
condición de finitud.
En este juego se reproduce un modelo interpersonal
familiar, donde siempre se espera de él (o se desea) algo que no puede cumplir.
Su búsqueda incesante de genialidad responde a su necesidad de corresponder a
ese deseo. Así, esto se repite una y otra vez, hasta llegar a la sobredosis,
que representa la posibilidad de marcar un límite que detenga el ciclo, el
límite máximo que es la muerte.
Esta negación del cuerpo y su finitud se complementa
con el sentimiento que tiene el adicto de tener un YO demasiado frágil, que ha
sido invadido y explotado desde pequeño sin respeto a sus límites.
Cuando encara su vida no tiene fuerzas para
enfrentar los límites de la realidad externa, y entonces recurre a las drogas
que operan como una fuerza extra que le ofrecen la ilusión de poder vivir una
existencia con una menor vulnerabilidad que la que realmente tiene.
1.7.
Adolescencia y drogadicción
Entonces, ¿que se modifica en el psiquismo del
joven que llega a la adolescencia?
1) Los impulsos
instintivos.- La pubertad, con el desarrollo de la capacidad reproductiva y
orgásmica, trae aparejada una eclosión de la sexualidad que muchas veces toma
“por sorpresa” al adolescente aun no habituado a satisfacer sus deseos sexuales.
Esta irrupción incipiente de la sexualidad genital
se pone de manifiesto tanto en sensaciones físicas, -sus preocupaciones
románticas, su masturbación, sus escrúpulos morales y sus obsesiones sexuales-
como en las costumbres grupales o la vestimenta, tendiente a seducir al sexo
opuesto.
Ahora bien, en la mayoría de las concepciones
psicológicas tradicionales, se ha tendido a centrar el proceso de
transformación adolescente en el desarrollo de su sexualidad. Sin duda este es
un aspecto fundamental, pero por cierto que no el único.
2) El YO, o sea
el agente encargado del gobierno y distribución de los impulsos. Todo el
sistema defensivo, los mecanismos que utiliza el YO para protegerse, están
sometidos a una mayor presión y el YO tiene que modificarse para afrontarla.
Pero los cambios del YO, no se reducen a sus funciones en relación con los
impulsos instintivos; también se consolida, en el comienzo de la adolescencia,
la transición del pensamiento concreto a otro de mayor nivel de abstracción,
simbólico.
Meltzer menciona, como se suele creer y realmente
así parece ser, en muchos casos, que el adolescente está fundamentalmente
interesado en la sexualidad, pero en realidad él está preocupado por el
conocimiento y el comprender.
3) Surgen nuevos
objetos de amor.- Se produce una desidealización de las figuras parentales que
priva al joven de la protección omnipotente que le significaban sus padres
cuando él era pequeño.
Asimismo, existen fuertes contradicciones entre la
tendencia del joven a alejarse de sus objetos infantiles de amor, asimilando
previamente en su personalidad características de sus figuras parentales, y el
hecho de que estas identificaciones se vuelvan más y más prescindibles.
Hay oscilaciones erráticas del humor, vaivenes
emocionales en el transcurso de los cuales se suelen restablecer antiguas
formas de relación objetal. Inconscientemente se reaniman fantasías de fusión
con los objetos, merced a las cuales el joven intenta fortalecerse y protegerse
de la sensación de fragilidad que le produce la perdida de la imagen de sus
padres vistos como todopoderosos en sus primeros años.
Esto se pone de manifiesto en la búsqueda de ídolos
y líderes que satisfagan estas necesidades primitivas de idealización, al
tiempo que le permitan tomar distancia de sus antiguos amores familiares.
También aparecen las llamadas vivencias del vacío.
El adolescente atraviesa necesariamente por momentos en los que se siente vacío
y teme esa sensación desagradable que se reitera sin que él pueda gobernar su
aparición.
A veces la sensación de vacío se liga a alguna
razón conocida: la pérdida de algún amigo/a, o un novio/a, la muerte de algún
ser querido, un fracaso escolar. La vivencia de vacío consiste en una
experiencia dolorosa y perturbadora que los jóvenes a veces llaman “depresión”.
No es tristeza, más bien es hastío, desinterés, sensación de futilidad ante la
vida, así como pérdida de la normal capacidad para enfrentar la sociedad y
sobreponerse a ella.
Las vivencias de vacío, tal como los sentimientos
de vergüenza, inferioridad y los procesos de idealización y desidealización son
resultado de fenómenos de desequilibrio narcisista, perturbaciones en los
sectores de la personalidad que regulan el estado del si-mismo (self) y la
valoración que el individuo hace de si mismo, su autoestima.
Ahora bien, desde la timidez vergonzante hasta la
desfachatez y los aires grandiosos de superioridad, desde la introversión
inhibida hasta la arrogancia, podemos adscribir sin dificultad estas
características de los fenómenos de desequilibrio narcisista a un joven que
está atravesando una adolescencia normal, siempre y cuando no constituyan
pautas rígidas y estereotipadas de funcionamiento y en tanto se alternen con
momentos de alegría, entusiasmo e ilusiones esperanzadas.
La adolescencia es la etapa más susceptible para
desarrollar una drogadicción, pues es el período de resolución del proceso
simbiótico. Es cuando se produce la separación-individuación, la separación del
grupo familiar, el duelo por la exogamia y el enfrentamiento con el mundo
externo.
Si el adolescente tiene un YO débil, producto de
todos los factores expuestos anteriormente, entonces va a necesitar una fuerza
extra para poder cumplir con este desafío, y si tanto la familia como la
sociedad le muestran que las drogas son el combustible adecuado para afrontar
las exigencias de la vida, él podrá poner en marcha la “experiencia
tóxica".
Una de las patologías más susceptibles de ser
vulnerable, es la de los trastornos de la personalidad, en especial en los
casos de personalidad fronteriza, porque son seres deficitarios en su
personificación.
En síntesis, si nos colocamos ante las realidades
que debe enfrentar el adolescente de nuestra época, y si le sumamos la
estresante tarea de asimilar los cambios propios de su crecimiento, tanto
corporales como psicosociales, se hace aún más claro comprender por qué los
adolescentes son una población de alto riesgo.
1.8.
La búsqueda de riesgos
En la adolescencia, las emociones y riesgos son
buscados porque consolidan el sentimiento del sí-mismo. Un joven lo explicaba
mejor: “sólo se tiene la máxima seguridad de estar vivo, y bien vivo, cuando un
escalofrío te recorre la espalda” .
Lichtenberg, un autor que ha estudiado
profundamente la búsqueda de emociones y riesgos, dice que por ello, es parte
de este “desafío regulatorio” para los padres ver como sus hijos se exponen a
emociones ante las cuales el sí-mismo del chico se refuerza, y el riesgo es
controlado. Un antecedente y prototipo infantil de ello es la sensación de ser
arrojado al aire y caer en los brazos fuertes y seguros del padre.
El adolescente busca emoción y riesgo en un intento
de expandir y consolidar su sí-mismo, mientras mantiene estas experiencias bajo
su control, con cierto grado de autorregulación. Quiere ser él mismo quien elija
cual riesgo asumirá y cual no. Quiere él decidir cuales serán sus modelos,
cuales sus rivales en estos desafíos.
El también deseará elegir en que “brazos” confiar
para que lo sostengan; un líder político, su entrenador deportivo, una novia o
un novio, o el amigo más influyente de su grupo, que ahora ha conocido el
“excitante” mundo que le provee la marihuana.
Toda esta actividad del adolescente transita el
terreno de la normalidad, y más allá del éxito o fracaso de los intentos,
usualmente es beneficiosa para su desarrollo. El joven aprende de los demás y
de si mismo. Pero, he aquí una de las injurias que nuestro tiempo produce en la
juventud, esa demanda de emociones y riesgos puede hallar la oferta de la
droga, provista muchas veces por el grupo, al que el adolescente necesita como
marco de referencia.
Es cierto que las distorsiones sensoperceptivas que
producen las drogas adictivas suelen provocar una perturbación del sentido del
sí-mismo mas que esa consolidación que el joven busca. Pero no es menos cierto
que merced a las drogas se viven emociones hipertensas y las modificaciones del
esquema corporal crean la ilusión de una expansión del self. Por otra parte, el
solo hecho de consumir algo prohibido entraña un desafío personal que, para
colmo, a veces es compartido por otros amigos o ídolos especialmente valorados
por el adolescente.
En términos generales podemos decir que la
perturbación del equilibrio ya mencionada acarrea sentimientos tanto
placenteros como displacenteros. Los placenteros van desde la sana alegría y
frescura juvenil hasta estados de franca exaltación del YO. Los sentimientos
displacenteros oscilan entre la inferioridad, la vergüenza y culpa ya
nombradas, hasta estados de tristeza, de esa vasta, difusa y a veces profunda
melancolía adolescente tan bien descrita por muchos poetas.
Ahora bien, con frecuencia los adolescentes
perciben que muchas sustancias psicoactivas permiten un alivio transitorio a
esos estados disfóricos y también una huida temporaria de otras circunstancias
vitales externas desagradables, de orden familiar o social.
La droga constituye, en este sentido, el intento de
restablecer el equilibrio perturbado por estos procesos de reacomodación
psíquica. Aquellos jóvenes que por factores constitucionales o ambientales
presentan un umbral bajo, la tolerancia a la frustración y poca capacidad de
soportar el sufrimiento y esperar su recuperación espontánea, padecen más
intensamente la desarmonía emocional de su edad y caen con mas facilidad en
esta seudosolución química.
Fuente: http://www.monografias.com/trabajos91/adolescencia-y-las-drogas/adolescencia-y-las-drogas2.shtml
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